Conejo al ajillo receta tradicional
A veces, los ingredientes más sencillos son los que mejor casan, y utilizar únicamente 2 ingredientes es todo lo que necesitas para que te quede un plato espectacular.
Esto es lo que ocurre con el conejo al ajillo, sólo necesitas unas buenas piezas de conejo deshuesado, y unos cuantos ajos.
Esta es la receta tradicional, la que elaboraba mi abuela, luego paso a mi madre y ahora a mi, y seguirá persistiendo durante generaciones.
La carne de conejo es muy suave, tiene poca grasa y es bastante asequible, por lo que es un plato perfecto para todos los bolsillos. Igualmente, se puede sustituir el conejo por otra carne, como la de pollo o pavo.
Yo he querido dejar como último paso el horneado, aunque si no quieres no tienes por que hacerlo. Es sólo que a mi me gusta ese toque crujiente que le da el calor seco del horno.
Espero que os guste tanto como a mi y a mi familia.
Ingredientes para elaborar la receta:
- 500 gramos de carne de conejo sin huesos
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
- 10-15 dientes de ajo
- 125 ml de caldo de pollo casero
- 75 ml de vino blanco
- 3 ramitas de tomillo, opcional
- Sal, al gusto
- Pimienta negra
- Una pizca de pimentón
Cómo preparar el conejo al ajillo:
En primer lugar, sazonamos el conejo con un poco de sal y pimienta negra.
Calentamos en una sartén a fuego medio una cucharada de aceite de oliva, una vez caliente, salteamos los ajos picados unos minutos hasta que se doren.
Después los retiramos a un plato, dejando el aceite.
Añadimos la otra cucharada de aceite de oliva y, sin apagar el fuego, añadimos el conejo para que se dore. Lo dejamos unos minutos por cada lado, para que coja color.
Una vez que esté medio cocinado, incorporamos el caldo de pollo y el vino blanco. Bajamos a fuego lento y dejamos que cueza lentamente hasta que la salsa se haya reducido considerablemente.
Volvemos a introducir los ajos dorados, al igual que el tomillo y el pimentón. Sazonamos otra vez el conejo y removemos todo.
Cuando veamos que la salsa se ha reducido y la carne esté tierna y bien hecha, apagamos el fuego.
También podemos terminar el plato en el horno, asándolo unos minutos para que la carne esté más crujiente.
Servimos bien caliente acompañado de un primer plato.
¡Buen provecho!
Nota. Si quieres puedes pasar el conejo por un poco de harina antes de freírlo. También le podemos poner una guarnición de patatas fritas o patatas panaderas que quedarán perfectamente con el conejo y los ajos.